HACE UNAS SEMANAS ATRÁS, DURANTE SU ESTADÍA EN MONTEVIDEO WALTER DÍAZ, NARRADOR RECONOCIDO INTERNACIONALMENTE ADEMÁS DE SER UNO DE LOS CUATRO NARRADORES DE VOCES ANÓNIMAS 3, HABLÓ CON EL BLOG DE VOCES 3 Y NOS CUENTA, CÓMO SURGIÓ SU INTERÉS POR CONTAR CUENTOS, SOBRE EL SEGUNDO ENCUENTRO INTERNACIONAL DE CUENTERÍA, CÓMO ENTRÓ A VOCES ANÓNIMAS, QUÉ HISTORIA LE GUSTÓ MÁS, EXPERIENCIAS PROPIAS SORPRENDENTES ENTRE MUCHAS COSAS MÁS…
-¿Cómo y cuándo comenzó tu interés por contar cuentos?
- Por contar cuentos… eso empezó hace muchos años, porque yo cuando estaba saliendo del colegio ya estaba empezando a contar cuentos, porque mucho antes yo había iniciado mi vida en el mundo artístico haciendo teatro, en el teatro del colegio, mis primeros años de bachillerato los estudie en un seminario interno y había escuela de teatro dentro del seminario, empecé a hacer teatro ahí, no me gustaba el seminario pero me descargaba haciendo teatro. Cuando terminé mi formación ahí, empecé a estudiar teatro en la Casa de la Cultura y ya me empecé a conectar con el teatro en todo el medio, con gente, con grupos, con compañías, empecé a hacer muchísimo teatro en Colombia. Lo último que hice fue con una compañía que estaba apoyada por la Casa Nacional de Teatro, y de ahí nos fuimos a una gira a Cuba. En Cuba yo ya estaba comenzando a hacer mis primeros cuentos, contaba literatura y cuentos que yo escuchaba y que me gustaban, luego empecé a mezclar el teatro con unipersonales y con funciones de cuentería y ya luego me empecé a meter más en la cuentería y empezar a contar cuentos, en escuchar y asistir a eventos hasta que ya no me quedó tiempo de hacer teatro, tiempo de nada sino solo de contar y me empezaron a invitar de un lugar a otro y cuando yo empecé a recorrer varios lugares contando cuentos, (que me invitaban de la Casa de la Cultura, dentro del mismo departamento, Cundinamarca que era donde yo vivía) comencé a escuchar historias que me contaban, y en los viajes terminaba contando historias de tradición oral, entonces empecé como a tener otra clase de historias que ya no eran solo literatura sino historias orales que habían por allí. Cuando empecé a salir del departamento a otros departamentos, encontraba mucha más riqueza y más diversidad y luego ya terminé saliendo del país a distintos festivales y ahí pues encontrarme con muchísimas más historias, de ahí no me pude escapar.
-¿Qué se necesita para ser un narrador?
-Yo creo que lo primero que se necesita para ser un narrador es aprender a escuchar, y escuchar significa escuchar lo que paso en la ciudad, el ruido de la ciudad, escuchar a la gente que está a tu lado, escuchar a tu vecino, a tu amigo, a tu enemigo si los tienes (ojalá no), escuchar al señor de la tienda, escuchar lo que pasa cine, en televisión, en la radio, lo que le pasa al mundo, escuchar lo que te quieren decir los libros, porque a veces está para eso un libro….es escuchar no solo el sonido sino escuchar el universo completo, estar pendiente de lo que está pasando en la vida. Eso por primer lugar te da una posibilidad de ver que pasa y de ver que tú puedes hacer frente a ello. Luego cuando ya tienes mucha información, muchos libros o muchas historias, ya requieres de una técnica para poderlo contar. Además de la pasión y del gusto de contar. Para mí la técnica, no debe ser lo capital para contar sino lo que te ayuda, un medio simplemente para que puedas contar. Está obviamente todo lo que tiene que ver con la expresión corporal y expresión oral que son elementos más teatrales, es cómo manejarte frente a un auditorio, un público, cómo saber manejar tu cuerpo para que tu cuerpo exprese, como proyectar voz, dicción, todos los elementos que necesitas para eso. En otra parte ya se requiere conocimientos sobre construcciones literarias, como se concibe un cuento, que elementos hay dentro del cuento, como manejo tensiones, y todas esas cosas que te da la literatura sobre la estructura de una historia. Fusionando eso, más el talento desarrollado, el talento no como un don puesto por el hada madrina, o por Dios, o por el cosmos… el talento puesto por una habilidad que empiezas a ejercer, empiezas a gestar y desarrollar, ya con eso tienes para poder contar una buena historia, aparte de tener una buena historia.
- ¿Cuál es tu balance del Segundo Encuentro Internacional de Cuentería?
- El Segundo Encuentro Internacional de Cuentería creo que es frente al trabajo que hicieron las Pipokas, que es el grupo organizador, el mejor festival. En un país como Uruguay, donde la narración oral, a no ser que sea para niños de escuela, para adultos no tienen mucha fuerza, hacer por ejemplo difusión para que venga la gente a tomar un taller costaba muchísimo, sí llegan pero ahí como medio lento, la mayoría que llegan son maestros porque les interesa más para el trabajo de la clase, los espacios funcionaban ahí. Lleva un proceso que se ha logrado pero que ha costado, ahora ver que con este festival los escenarios se quedaron pequeños, es una maravilla, para mí es algo curioso. Porque el formato de difusión más o menos fue el mismo, se acomodaron los espacios para la gente que normalmente viene, pero vimos que los espacios se quedaron pequeños y que la gente empezó a reclamarnos un espacio más grande , eso es muy bueno porque significa que hay más gente, que la convocatoria está buena, lo mismo el taller que dictó Carlos, el chileno, la convocatoria fue increíble, yo pensaba tomar un taller también y me tocó ser escucha y afuera porque había mucha gente y no valía la pena estar ahí, quitarle el espacio a gente que se quería iniciar. La función de gala que se hizo en el Ateneo yo tenía sospechas si se podía o no se podía llenar la sala, por el día, porque habían 3000 eventos al mismo tiempo y bueno hay gente que se me sentó al ladito porque no había silla para ellos, entonces de ese lado está muy bien. Este grupo de niñas, están trabajando solas, y que están intentando esforzarse por buscar apoyo, lograron cumplir con todo lo que le habían prometido a los narradores, pagar a los que tenían que pagar, cubrir comidas, cubrir el hotel, o sea son muchos gastos y lograron asumirlos, los narradores se van super satisfechos, la imagen de Uruguay con el festival quedó muy bien frente a la RED. Hoy por hoy los narradores de América Latina se pelean por venir a contar a este festival. Está buenísimo, para mí fue muy bueno el trabajo, fue maravilloso, hubieron buenos narradores, los narradores invitados de afuera fueron muy buenos, buenos espectáculos, buenas jornadas en colegios y liceos, para mi estuvo buenísimo obvio que hay muchas más expectativas, no se puede quedar con eso, pero el balance es bueno, fue muy positivo.
-¿Cómo es el público uruguayo a la hora de escuchar cuentos? ¿Es diferente al público de otros países?
-Yo creo que la gente de Uruguay lee mucho, los uruguayos son un pueblo muy lector, algunos lo son un poco más otros un poco menos pero están en un promedio de los más altos lectores que hay. Además tienen cabeza analítica, siempre están analizando, bueno de hecho creo que analizan más de lo que podrían, están todo el tiempo en el proceso de análisis y de discusión sobre lo que sucede. Eso los hace muy abiertos de mente. En ese sentido está bueno, para mí es un público exigente. Si cuentas algo y ese algo no tiene un fondo, no tiene una razón, ni siquiera tiene un fondo en lo estético pleno, ellos se aburren y no vuelven, el público acá no te miente. Pero también tiene una gran ventaja y es que es un público que sabe escuchar y que respeta, “a mí no me gustó pero me quedo hasta que termine y me voy, luego no vuelvo, pero te escuché, te respeté en tu espacio”, y al que le gusta también escucha atento y respeta también los espacios y luego te está diciendo “vuélveme a invitar”, “me gustó esto”, “yo quiero hacerlo”, está muy bueno, a mi me parece que el público uruguayo es un público que está dispuesto a escuchar y valorar lo que estás haciendo en el escena. Aunque conozca o no conozca la narración, no importa, siempre escucha y al final hace su comentario, su análisis. Y además es un pueblo lector, aquí en Uruguay creo que no se puede llegar con cualquier historia boba, porque te dicen “ah, se movió bonito en el escenario, pero no me dijo nada, que historia más elemental”, es bien exigente y eso está bueno porque exige mucho más y hace que los narradores de Uruguay por ejemplo sean de muy buena calidad aunque lleven menos tiempo que otros, los chilenos llevarán 20 años contando, y el grupo de Pipokas llevará a lo sumo 5 años, exagerando mucho. Lo que buscan los narradores uruguayos para contar son textos muy bien elaborados, estoy seguro que se comen mil libros y de los mil libros dicen “Este me gustó”, y hacen una selección porque son buenos para seleccionar historias.
-Contanos un poquito de las “Pipokas”…
-Las Pipokas son un grupo de narradoras uruguayas, son 5 mujeres, jóvenes todas, son maestras o profesoras, trabajan con el medio de la educación y desarrollo social. Todas salieron de distintos talleres de formación de narradoras y se unieron en un último taller, donde se conocieron todas, se unieron y quedó la propuesta de no dejar morir un festival que se había montado años atrás con un grupo de otras personas que se llamaban “Ta Pal Cuento”. Leticia Breguerie parte de “Ta Pal Cuento”, “Ta Pal Cuento” dice “seguimos como grupo pero no queremos organizar más el festival”, Leticia ya estaba organizando su grupo entonces le pasó la propuesta a este grupo que no dejaran morir el festival. Entonces empezaron a retomar el festival y se nombraron Pipokas. Luego empezaron a trabajar y además de los festivales hacen talleres permanentes, presentaciones en todas las partes que puedan del país, de hecho ya han salido dos a representar a Uruguay en festivales internacionales y además este grupo hace parte del grupo que representa a Uruguay dentro de la Red Latinoamericana de Cuentería.
-Para los uruguayos que todavía no los vieron o para los que ya los vimos, ¿Cuándo será la próxima oportunidad?
-Se supone que el festival se hará año tras año más o menos en la misma fecha. Creo que con las Pipokas, tienen su blog y su Facebook, ahí aparece la programación de lo que están haciendo. Ellas cuentan periódicamente en distintos escenarios, creo que tienen o forman proyectos o tienen funciones ya en distintos bares. Quieren retomar lo de funciones permanentes en el Bar Verde por lo menos una vez para que la gente vaya a escucharlas. Y cada vez que ellas tienen la posibilidad de encontrarse con un narrador que esté por acá cerca, en Uruguay o en Argentina lo traen para hacer funciones o talleres. Pero una fecha exacta no se decirte.
- ¿Cómo fue la entrada a Voces Anónimas?
- La entrada a Voces Anónimas fue bien interesante porque por razones circunstanciales creo, Guillermo me ve en una función de teatro que se hace en la Intendencia de Montevideo hace unos buenos años con la Movida Joven, luego de una función de un personaje que había montado en el primer festival que fui a Cuba, y a Guillermo le gustó mucho. Ya nos conocíamos por contacto de otras circunstancias pero no en el plano que cuente historias en su programa. Guillermo me propone si le puedo contar una historia (El lobizón), como testimonio o como narrador. Yo obviamente encantado, me gusta contar historias en la televisión, radio en vivo, contar historias para mi es fascinante y cuando me ofrecen historias para contar yo encantado, pero claro además era este programa que ya había visto parte del primer ciclo. Me parecía muy bueno, generaba que la gente siguiera contando historias entonces se empezaron a abrir todas las posibilidades de la oralidad a través de la televisión, eso me parecía como medio contradictorio, la televisión te evita hablar pero este programa te impulsa a hablar a conectarte con tu gente y a encontrarte con tu mundo. Entonces eso me pareció super interesante, además que como cualquier mortal del mundo que tiene que ver con la parte artística, poder tener un campo en la televisión, medio de comunicación por excelencia, es muy bueno. Entré obviamente por el gusto del programa, me gustó la historia, Guillermo me dio libertad para moverme dentro de la historia, por supuesto sin salirme del formato que él había diseñado del programa y finalmente salió esa primera historia. A Guillermo le gustó mucho como salió el programa, luego me propuso que le colaborara con otros, y a mí me gustó la idea, yo empecé a buscar historias y a contarle, él es muy abierto a posibilidades y a propuestas, y me dio una posibilidad como narrador de decirle, “me gusta esta historia”, de hecho en ese buscar de historias apareció la historia de “El diablo en la discoteca”, que se supone que una de las veces donde apareció fuera muy cerca de donde yo vivía, entonces tenía la historia viva en la cabeza, por el visto de Guillermo es aceptada y ahí me empecé a meter más. Esa fue como la entrada, yo obviamente quedé enganchadísimo con el programa por el formato estoy maravillado porque me parece buenísimo y la posibilidad de contar historias en este medio para mi es delicioso, así que por ahí entre y ya soy uno de los tantos fans que tiene Voces Anónimas.
- ¿Qué es lo que más te gusta del programa?
- A mí del programa me gusta la posibilidad de contar historias. El efecto del programa, el programa no solo es para que tú seas un espectador o televidente pasivo, te vuelve activo cuando tú después de la historia terminas hablando con todos, y en la escuela todos terminan contando, compran el libro además, en muchas escuelas donde yo he ido a contar cuentos, (otra clase de cuentos) por supuesto termino hablando algo de Voces Anónimas y los maestros terminan diciendo que después del programa tienen actividades de trabajo con las historias, empiezan a hablar de historias, leen el libro, ha generado lectura en los muchachos... Me gusta las historias que él busca, las historias que presenta en el programa me gustan mucho porque no solo son las que se cuentan a la vuelta de la esquina, además me gusta el formato o sea como producto televisivo está para mí muy bien armado. Eso que tengas un presentador que te de ese contexto, un narrador que te cuente la historia, apoyado de testimonios y la parte de la recreación me parece maravillosa. Lo que es la representación actoral le da un toque especial, le da una verdad. Grabando el programa tu como que le pierdes la parte de tensión y de nerviosismo al programa, porque ya sabes cómo va la historia, la estudias, pero cuando ves el programa armadito, tienes todo el clímax, como va subiendo… además los efectos especiales me parecen maravillosos y la música pues ayuda. A mí me gusta narrar y narro como he aprendido a hacerlo y esforzándome pero el formato del programa ayuda a potencializar las historias narradas: la música, la luz, la tensión… a mi me parece fascinante el programa y me gusta mucho. Además me gusta mucho trabajarlo ahí, las jornadas de grabar aunque a veces nos toca pesado porque cuando estoy acá grabamos mucho, es dinámica, quien está en la cámara es un personaje estupendo, Diego es maravilloso, es tranquilo…Guillermo también la maneja muy suave si falta algo se corta, se vuelve a hacer, el programa me gusta por eso: por la parte humana que hay dentro del equipo, por las historias que cuenta, y por los efectos que genera a mi me fascina, más allá de mi posición de narrador.
- ¿Cuál es la historia de Voces Anónimas que más te impactó?
- La historia que más me impacto por la respuesta del público, fue la de “El diablo en la discoteca”, una historia que se vivió en Colombia y que causo muchos comentarios y generó muchos temores, creo que no hay colombiano que no sepa de esa historia. El caso es que me sorprendió mucho primero como Guillermo hizo la producción de esa historia y luego el efecto que causó. Ésta por esa razón, pero podría hacer una lista de muchas historias, unas por los efectos, otras por la historia como tal, por los lugares, por misterios que guardan y hasta por lo que se vivió cuando las grabábamos, en fin, la lista de las historias que me gustaron es muy larga la de “El chat del infierno” por ejemplo, me impacto por lo que nos paso mientras la trabajábamos con Guillermo.
- Para los que no leyeron eso en el Creer o Reventar del segundo libro de Voces, contanos que les pasó…
- Pues mira, una noche trabajamos con Guillermo la historia, lo hacíamos a por medio del chat, ya que cada uno estaba en lugar diferente, Guillermo en su casa y yo en la oficina donde trabajaba en ese tiempo. El caso es que hablábamos de la historia, de lo que pasaba al protagonista. Normalmente hablamos de cada parte de las historias para saber bien como las narro o que se hará en la producción. Justo en el momento donde hablábamos que el joven pudo entrar al chat del infierno y le contestaron, en la oficina se cerró fuerte una ventana, la ventana era interna es decir, no daba a la calle, para asumir que fue el viento. No te imaginas el susto que me dio. Es curioso que justo en esa parte pasara eso, no sé, el caso es que le conté a Guillermo y cerré la charla con él. Era casi la media noche y salí corriendo para mi casa.
- ¿Qué se siente grabar en un cementerio?
- La primera vez que grabamos en el cementerio (Central), el señor que cuida el cementerio -muy buena gente- nos enseño un recorrido, entonces con el camarógrafo, empezamos a mirar tumbas y mausoleos, que son impresionantes, pero… estás en el cementerio y el olor a las flores que no están muy frescas y la cantidad de gatos que tiene ese cementerio no te lo puedes creer, y luego va oscureciendo y las figuras del cementerio empiezan a tener otra forma.. Ya empecé a sentir terror, y el frío que hay en el cementerio y saber que debajo están todos los muertos, y la energía que maneja en ese lugar, claro que me daba susto, pero como siempre estamos todos ahí juntos, como que no da mucho miedo, pero si da un poquito… siempre con la sospecha que en la historia no pase nada, que cuando luego se muestre la grabación, la grabación no tenga nada raro. Yo me acuerdo que estaba tomando fotos a esculturas…yo estaba con mi celular y me tuve que trepar un poquito para poder llegar a la cara, porque era alucinante , y entonces me moré ahí, subí y no pensé “Estoy pisando la lápida” – Walter, recuerda que justo ese día contó la historia del Fotógrafo Morboso-. Estaba a punto de tomar la foto, y por suerte, por casualidad, en ese momento, me entró una llamada al celular, no tienes ni idea el brinco que pegué, porque estaba super sugestionado. Nunca pasó nada raro, pero estar ahí…cuerpos y toda la energía, todo tipo de energías, porque es el espacio donde los familiares del difunto lo dejan por última vez, es el momento de energía más fuerte, más dolor, más soledad.
- En una entrevista al Blog de Voces Anónimas 2 contaste que te viste envuelto en dos historias mágicas, hablaste de tu abuelo… ¿Nos podés contar un poco más de esto?
- Fue rarísimo, ocurrió cuando yo vivía todavía en la casa de mi madre, hace muchos años, porque incluso vivíamos en la casa donde vivía mi abuelo, donde ya había muerto años atrás. Es una casa (en Bogotá) colonial, de patio central, entonces todas las habitaciones, sala y comedor quedan alrededor del patio. La ventana de mi habitación quedaba justo el frente de la habitación de mi madre, pero para llegar a la habitación yo tenía que darle casi toda la vuelta al patio, entrar por la sala, comedor, cruzar dos habitaciones y llegar a la habitación de mi madre, no podía llegar de frente. Mi madre nos llama, yo dormía en la misma habitación con mi hermano, y entonces se nos hizo rarísimo, mi madre nos estaba llamando, ya era oscuro, no era la media noche, pero ya estábamos todos durmiendo porque era entre semana, al otro día colegio. Nos llamó, entonces nosotros pasamos a la habitación, damos toda esa vuelta y llegamos a la habitación de mi madre y vemos a mi madre muerta del susto. Ella vio que se prendió la luz de la cocina y era obvio que mi hermano y yo pasáramos en medianoche a la cocina a comer, cualquier cosa, pero entonces, escuchó y vio que se apagó la luz (el interruptor de esa casa que era viejísimo, sonaba fuerte), mi madre estaba acostumbrada a nosotros que apagábamos la luz y pasábamos otra vez a la habitación, pero ella no vio pasar a nadie entonces mi madre se asustó mucho. Dejó el tiempo y no pasó nada más. Cuando nos llamó, fue como a la media hora cuando escuchó que alguien en la sala de la casa se quejó. Fue como un lamento profundo. Mi madre dijo que había sido muy largo como para que fuera de una persona que se hubiera pegado o algo así, entonces fue cuando ella se murió del susto, y además porque escuchó que no era una voz normal. Entonces mi madre, ahí fue cuando nos llamó y cuando llegamos nos contó y nosotros nos morimos de miedo también. Entonces como había que cruzar otra habitación, para llegar a la habitación de mi madre y esa otra habitación daba al lugar donde mi madre supuestamente escuchó, yo que era el grande de la casa, -tendría menos de 16 años-, voy hasta la puerta de la habitación que daba a la sala donde se había escuchado el lamento. Cierro la puerta pegado obviamente a mi hermano y pongo el seguro de la puerta, y cuando puse el seguro moví la puerta para asegurarme que había quedado muy bien cerrada. Entonces paso este cuarto, no cierro la puerta que une la habitación con la de mi madre para poder estar vigilando a mis hermanas que estaban durmiendo ahí, me siento en la cama, con mi madre mi hermano y mi hermana mayor, y escuchamos que mueven la cerradura de la puerta, la que ya estaba trancada… sentí todo el frío pero no pensé que eran espantos ni nada de eso, dije “hay ladrones”, mi miedo fue por eso. Sonaba, hasta que de pronto se saltó el seguro y se abre lentamente la puerta… claro lo que yo hice fue por instinto mirar la puerta haber quien iba a entrar, y veo abrir la puerta hasta la mitad de lo que se puede abrir, no empujada, sino llevada no había ninguna mano que lo hiciera. Lo peor del caso y ya como para comprobar que había sido algo, es que cuando llega a la mitad suelta la manija, se devuelve sola (suena que se devuelve) y luego tiran la puerta muy fuerte, tanto, que revota con la pared y vuelve a revotar. Evidentemente lo que hicimos fue cerrar la siguiente puerta y colocar cobijas sobre la ventana de tal forma que no entrara la luz, entonces si prendían otra vez la luz de la cocina o cualquier luz, que no viéramos. Cerramos la puerta, prendimos la luz y a rezar todo lo que sabíamos rezar, toda la noche, hasta que quedamos profundamente dormidos. Ninguno apagó la luz. El caso es que cuando despertamos la luz de nuestra habitación estaba apagada… Entonces... ¿quién apagó la luz?, lo más seguro es que ninguno haya sido capaz de apagar la luz, nadie apagó nunca la luz…
Esa fue la experiencia con él, o yo no se si fue mi abuelo o quien fue, pero ver abrir una puerta y ver que nadie la abre, ver como se suelta la manija, y que muevan la puerta, para mí esa fue la comprobación más grande porque puede ser el viento o sugestión o lo que quieras, pero que te muevan una puerta y llegue a la mitad para que tú te des cuenta suelten la manija y vuelva sola y luego sí te tiran la puerta… Eso me impresionó muchísimo, y bueno, todas esas cosas las dejo para decir, se cree o no se cree, yo obviamente creo en esas posibilidades, porque las he vivido.
Otra vez, pero esta fue tranquila, no generó miedo, mi abuelo entró en esa misma cas y estábamos solos nosotros, mi padre no estaba, cada uno estaba en lo suyo, yo en mi habitación, mi hermano jugando por acá, mis hermanas haciendo otras cosas… entonces escuché que mi abuelo entró, porque sé que es mi abuelo no tengo ni idea, pero sé que mi abuelo entró por la puerta que daba hacia el lote entró, cruzó el patio, entró a la cocina, luego se asomó a la sala, luego se fue al garaje, donde teníamos la mesa del comedor de él que ya no usábamos, -era una mesa grandísima de madera finísima, no la regalaron la dejaron ahí-, retiró una silla, se sentó, estuvo un rato, luego salió por la puerta delantera, cruzó el jardín y cerró la reja del jardín hacia la calle. Eso lo escuché y lo sentí, cómo ni qué era lo que escuchaba exactamente no te puedo decir en realidad, el caso es que cuando mi abuelo se va yo siento que era mi abuelo, (él ya había muerto muchísimos años atrás), entonces me voy para la sala que es el lugar que tiene más iluminación, yo sabía que ahí estaba uno de mis hermanos, como para buscar compañía, pero automáticamente cada uno de mis hermanos del rincón donde estaban empezaron a llegar a la sala, nos sentamos subiendo los pies sobre las sillas, y nos empezamos a mirar sin decir una sola palabra, y con la vista nos dimos cuenta que todos habíamos escuchado exactamente lo mismo. Cuando llegaron mi papá y mi mamá al rato, mi hermana le empieza a contar lo que había pasado con mi abuelo y hermana empezó a describir cada cosa que yo había escuchado tal cual, y mientras ella contaba todos hacíamos “Sí” (con la cabeza), pero ni siquiera hablamos del tema nos quedamos calladísimos ahí, eso fue impresionante. Ahora, éramos cinco, los cinco escuchamos lo mismo. Mi abuelo de vez en cuando aparece en la casa y nos daba señales, movía cosas para decirnos, “calmados”, o sino “sí estoy con ustedes tranquilos, los estoy cuidando”, mi padre cada vez que se iba para la casa con mi madre y nos dejaba solos si era la noche nos dejaba con la vecina, si era de día nos dejaba con mi hermana mayor, y siempre rezaba un padre nuestro (mi padre es muy católico) y decía “-Papá ahí se los dejo, no me demoro.” Entonces cuando nosotros le contábamos eso a nuestro padre, mi padre se asustaba un poco pero a la vez sonreía…
- ¿Cuáles son tus planes futuros?
- Ahora estoy concretando una gira que voy hacer para un festival grande que se va hacer en Paraguay en Marzo/Abril, estamos viendo cómo funciona eso. De ahí salir a Argentina, hacer funciones allí y la posibilidad de hacer alguna temporada chiquita en Chile. Eso será en Marzo y Abril. Ahora este mes no, el siguiente organizo mi festival en Cancún, festival de cuentería también, tengo invitados de distintos lugares, un festival que lo he armado en red, con un festival en Guanajuato y un festival en DF. Tengo previsto un viaje con el grupo representativo del la universidad, hacía Cuba. Sigo trabajando con la Universidad (de México). Hay una propuesta para hacer un evento y un proyecto cultural en Guatemala, un festival de cuentos también allá. Sigo trabajando con la Red Latinoamericana, sigue creciendo… ahora vamos a incluir a Cuba, ya completamos a 10 países de América Latina en esta red. Ver qué pasa con Voces Anónimas de aquí en adelante. El próximo año hago en Colombia, el cierre de mi ciclo de festivales, durante estos años yo monté un festival en Paraguay, en Uruguay, monté uno en Colombia, monté en México, ahora voy a montar el de Guatemala, y creo que voy a cerrar con un festival mundial que voy hacer en Colombia, en el lugar de donde yo vengo, Chía cerca de Bogotá, va a ser un festival mundial donde voy a unir a la gente de Latinoamérica, con la próxima red que estoy ya armando, que es la red europea, voy a traer gente de Europa. Y pues obviamente seguir contando, proyecto para siguientes años seguir contando, contando para niños, para grandes, tengo dos montajes para teatro, esperar que pueda seguir generando proyectos acá en Uruguay. Estaba pensando algo así como no muy seguro… pero me está sonando la idea de volver a vivir aquí en Uruguay.
- ¿Cuándo viviste acá?
- Yo viví acá desde el 2005 al 2007, ahí fue cuando monté la red, el primer festival, se armaron grupos, trabajé con Unicef, luego me conocí con Guillermo, hubo bastantes cosas acá.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
- Gracias Verónica Miguez por la foto de la función de gala en el Ateneo -